Soberbia
Soberbia. Es el adjetivo con el cuál puedo describir el actuar del gobierno. El actuar de cada uno de los gobernantes que ha salido a hablar con respecto al conflicto con el agro, defendiendo la «postura» oficialista. Este adjetivo se lo ha ganado en diversos medios, en diversas opiniones, y no es que la gente lo repita como loca. Es un adjetivo bien puesto y ganado, el cual se podía ya detectar en la única entrevista previa a las elecciones, la cuál dejé reflejada en la web con mi pequeño aporte en Candidatos Elecciones 2007: Algunas entrevistas en televisión. Pareciera que sólo quieren ver una Argentina (o un Buenos Aires en muchos casos, ya que no distinguen la diferencia) dibujada por ellos. O como dice De Angeli en una entrevista luego del discurso del día de hoy «A lo mejor, su política es administrar más pobreza«.
Estoy totalmente de acuerdo con una política de redistribución de las riquezas, de coparticipación real a las provincias, con una política tambera de producción que no fomente el monocultivo. Sin embargo no son los medios (recordemos que dijeron que las retenciones tenían como fin esto mismo). Es un gobierno que dice y contradice. Tampoco estoy de acuerdo con los paros, con los cortes. No creo que sean maneras de protestar, aunque a veces todos perdemos la cordura y rebalsa el vaso, cuando venimos aguantando y aguantando. Ya imagino el día de mañana, se vuelve rentable producir software (si les es rentable no digan nada :D), y entonces viene un gobierno como el actual y nos cambia de un día para otro los impuestos que pagamos de un 33% a un 45%, y además nos dicen: son móviles!. Imagino haber invertido en máquinas, haber contratado recursos humanos para progresar, haber invertido en la construcción de nuevas oficinas y llega esta medida. Debe ser complicado decidir invetir en un país, apostar al futuro y al crecimiento y que te traiciona de tal manera.
Seguramente que los productores son de distintos tamaños, y que en el mundo del capitalismo siempre se le saca más porcentaje a los que más tienen. Puede que muchas hectáreas pertenezcan a un «pool de siembra», donde muchos argentinos decidieron invertir su dinero en vez de ir a un plazo fijo. Argentinos que pensaban en pagar educación a sus hijos, o que no tenían otra idea o habilidad para emprender otro negocio. Puede que otras miles de hectáreas pertenezcan a un grupo de inversores grandes. Sin embargo eso no justifica tales medidas unilaterales. El gobierno está para gobernar, para ejercer la voluntad del pueblo. Ellos son nuestros empleados, no somos nosotros sus esclavos. Los elije la mayoría (y con serias dudas), pero eso no da derecho a tomar medida sin fundamento público. La reforma constitucional de 1994 establece como instrumentos a la iniciativa popular, el plebiscito y el referéndum. Muchos dudan que se puedan aplicar en la Argentina. Pero no estaría mal que sigan el ejemplo de Evo Morales.
Esto viene ocurriendo hace años, aunque cada vez se hace más evidente, más grotesco, y aumenta la soberbia. «Los argentinos no comemos soja. De cada 10 kilos, 9 van al exterior«. Y luego: «Los argentinos toman leche, comen carne, comen pan. Y ahora muchos más pueden hacerlo porque mejoraron sus salarios«. Quisiera que la señora presidenta de la Nación recorra un poco los barrios de las ciudades del interior, incluso de los pueblos, ni que hablar de las del norte. Acá en Paraná los chicos no tienen qué desayunar, no tienen qué almorzar, y muchos se acuestan sin cenar. La gente trabaja hasta los domingos, el supuesto día de descanso ganado luego de una larga semana laboral. El progreso trae trabajo, si hay recesión en los grandes sectores, se viene abajo todo. No hace falta ser experto en economía para darse cuenta de esto.
La inseguridad aumenta, porque aumenta la pobreza, la desesperación, la falta de educación. Todo está relacionado, para peor (o para mejor si decidimos cambiar las cosas). Dicen que con el 5% o 10% de diferencia van a crear escuelas, hospitales, y otras cosas. Ojalá! Pero eso debía hacerse antes ya, antes que un tren BALA, antes que el nuevo avión presidencial que sólo sirve para vuelos continentales, antes que aparezcan los regalitos en los baños o en valijas que vienen del extranjero. Asegura que no hay crisis, que crisis fue la del 2001. “Hace unos días atrás un periodista me hablaba de crisis y lo corregí que no estábamos en crisis. No vivimos una crisis en estos 90 días. Crisis fue la del 2001. Hoy, los restaurantes están llenos, las exportaciones están creciendo y el consumo también. Estamos viviendo la reacción de un sector al que el estado había afectado una parte de su renta extraordinaria”. Bueh… hablar de restaurantes llenos, creo que mi opinión respecto a estas palabras queda reflejada en párrafos anteriores. Si supiera lo que comen algunas personas, y eso del grupo de los que comen. Ahora todos piden perdón, seguramente de la boca para afuera. Piden perdón por las palabras que dicen (y vuelven a decir, cosa que no es arrepentimiento). Piden perdón por las «piñas». Realmente todo este tema, escuchar estos discursos baratos me agota.
Creo que si queremos lograr un cambio debemos comenzar por elegir con decisión a nuestro gobernantes. Votar con convicción. Luego de eso saber exigirles que cumplan su papel en el cargo que se les fue otorgado. Acá es donde entra la disyuntiva de cómo hacerse oir. Quizá haciendo «paro», dejando de dar el presente, pero yendo a trabajar igual. Llamar a los medios y explicar la situación. Demostrar entereza, humildad. Que queremos trabajar, pero que se reconozca nuestro trabajo.
Fomentemos la educación, las buenas costumbres, la cultura, el respeto por el prójimo, la humildad. Que no le falte comida a los cerebritos de los niños que se están gestando hoy, y que van a ser los que trabajen en unos 15 años. La pobreza y la inflación han aumentado, aunque los índice oficiales digan lo contrario.
Para terminar les dejo esta noticia del diario La Nación, donde recolecta opiniones luego del discurso. Hago eco de la misma.
Repercusiones en el oficialismo y la oposición
(DyN) – Dirigentes del oficialismo defendieron hoy el anuncio de la presidenta Cristina Fernández sobre el plan de distribución social de las retenciones, mientras que los principales referentes de la oposición advirtieron sobre la «oportunidad perdida» y rechazaron críticas del gobierno hacia el campo.
Los siguientes son las declaraciones de los principales dirigentes del oficialismo y la oposición sobre el discurso pronunciado por la primer mandataria esta tarde por cadena nacional:
Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires: «La dirigencia rural debe entender que vamos a poner el hombro para que haya más hospitales, para que puedan mejorar los caminos rurales donde sale la producción. Este mensaje tiene que unirnos a todos en un espíritu solidario y hermanarnos».
Elisa Carrió, presidenta de la Coalición Cívica: «Nunca ni la mentira, ni la demagogia conducen a la paz. Siento una profunda pena por esta última oportunidad perdida». «No se lucha contra la pobreza combatiendo la producción sino bajando la inflación que es el tema más grave y que parece no existir para la Presidenta y que afecta a millones de pobres y a toda la Argentina».
Federico Pinedo, jefe del inter-bloque de diputados nacionales PRO: «No basta pedir perdón por las ofensas, también hay que dejar de ofender. En la primera mitad del discurso se dedicó a ofender al interior que se manifestó democráticamente. Para convocar al diálogo hay que bajarse del atril, hasta ahora es un monólogo».
«Es más unitarismo y menos instituciones. Es un plan que debería resolver el Congreso y que deberían implementar las provincias con sus propios recursos».
Agustín Rossi, jefe del bloque Diputados Frente para la Victoria: «La propuesta que presentó la presidenta es trascendente y materializa esto que tanto veníamos hablando sobre la redistribución del ingreso. El campo ahora debe hablar para avanzar en lo que queda pendiente, que son los acuerdos sectoriales para ver cómo se avanza en las cuestiones del trigo y el sector lácteo».
Eduardo Macaluse, titular del Bloque de Diputados de Solidaridad e Igualdad (SI): «Le picó el bicho de la distribución en el medio del conflicto. Las retenciones son un instrumento genuino que está bastardeando por el gobierno de Cristina Kirchner para no sentarse a negociar seriamente».
«Me parece bueno que piense en distribuir el ingreso cosa que hasta el momento no hizo en absoluto. Nuestro bloque va a apoyar todas las medidas que establezcan justicia distributiva pero no podemos aceptar que se arrojen las migajas de la soja. Si hay un plan de distribución habrá que discutir el petróleo, el gas y todos los negocios que hacen los amigos del gobierno».
Adrián Pérez, titular del Bloque de Diputados de la Coalición Cívica: «El discurso de la Presidenta es hipócrita, está lleno de falsedades y cierra el diálogo con el campo. Además, este nuevo programa convalida la resolución de (ex ministro de Economía, Martín) Lousteau y se apoya en los superpoderes para eludir la discusión de redistribución del ingreso y de la coparticipación federal de recursos que debe darse, excluyentemente, en el Congreso de la Nación».
«Está bien que (Fernández de Kirchner) haya pedido perdón porque efectivamente con sus palabras ofendió y humilló a millones de argentinos que trabajan y quieren el progreso del país».
Gerardo Morales, presidente de la Unión Cívica Radical (UCR): «Lamentablemente la señora Presidente sigue sin comprender lo que pasa. Frente al conflicto con el campo que ya lleva tres meses, el Gobierno apela a una jugada típica de manual, poniendo otra vez a la pobreza como botín».
Francisco de Narváez, diputado de la Unión-PRO: «Con más y mejores salarios se distribuye la riqueza, no con menos. Se están perdiendo puestos de trabajo que costará mucho recuperar. Es hora de que el Gobierno Nacional se aparte de la soberbia con que se maneja».
Carlos Reimundi, diputado de Solidaridad e Igualdad: «Comparto que hospitales, viviendas y caminos son un buen destino para los recursos fiscales; el problema más grave es que la corrupción que aún se mantiene en vastos sectores del Estado, los convierte en impalpables para quienes deben recibirlos».
Estela de Carlotto, titular de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo: «Este discurso va a conmover a quienes están todavía reticentes al llamado al diálogo. Repartir los bienes es un pedido cristiano, humano, de una presidenta que tiene mucha dignidad».
Luis D´Elía, titular de la Federación Tierra y Vivienda: «Es un día en que la historia desgarradora de desencuentro de los argentinos nos llama a la reconciliación.»
Emilio Pérsico, secretario de Relaciones con Organizaciones Sociales del PJ y MTD Evita: «La presidenta llamó a seguir avanzando en la distribución del ingreso y creemos que esto ayuda a pagar la deuda social».
«El campo tiene que recapacitar y sentarse a discutir una política integral agropecuaria. Vamos a apoyar a la presidenta en el acto del 20 de junio en el Monumento a la Bandera en Rosario, y vamos a juntar muchísima más gente que la que juntó el campo».
Patricia Bullrich, diputada de la Coalición Cívica: «El gobierno kirchnerista continúa utilizando el sistema de dádivas. Es increíble que demoraran noventa días para decir que iban a hacer con las retenciones al campo, y más grave aún se sigue sin plantear cuál es la solución del problema de fondo, que es aceptar la justicia del sector. Fue un discurso fue innecesario y poco serio».
Roy Cortina, diputado nacional del Partido Socialista (PS): «El PS ve como positivo cualquier señal que promueva el diálogo y que baje los niveles de conflictividad. Ahora, la distribución de riqueza se hace modificando el sistema impositivo, creando una nueva ley de coparticipación federal y no con estos parches».
Silvia Augburger, presidenta del bloque de diputados nacionales del Partido Socialista: «Estamos de acuerdo con los fines de la iniciativa, apoyamos la distribución social de los recursos, la construcción de hospitales y centros de salud, de viviendas, pero aquí nos surge una pregunta: ¿qué iba a hacer el gobierno con ese dinero hace 90 días, cuando anunció las retenciones móviles?».
«El mensaje muestra que el gobierno no está dispuesto a dialogar y buscar una solución al conflicto con el campo. Estamos de acuerdo con la finalidad de este plan social, pero no con las formas».
Daiana
Nacho, muy bueno tu post explica muy bien lo que me comentabas del conflicto. Yo por mi parte no puedo creer que tengan que pasar 90 o más días para resolver un conflicto que afecta a un país, lo desgasta y desanima. Uno siempre está pensando y ahora que puede llegar a pasar. Yo tengo esperanzas que el gobierno de turno se va a sentar a dialogar y llegará a un acuerdo coherente que permita sacar a flote nuestro país. Basta de excusass!! hay que sentarse, discutir, proponer, idear nuevas alternativas y darle la tranquilidad al pueblo que hemos perdido.
Luisda
Muy buena reflexión, tendrías que aclarar que nos sos productor agropecuario, solo un estudiante con futuro incierto…
No obstante, ya hemos pasado por este tipo de gobernantes, esperemos que la sociedad madure…
Milton Pividori
Como dice la Dai, es impresionante que hayan pasado ya 90 días de esto… Pero si bien tengo esperanzas en que se solucionará, no creo que sea con este Gobierno. No creo que sedan.
Es obvio que la pobreza está aumentando. Una prueba no son sólo los varios estudios privados que hay, sino también la afirmación de Cáritas, que tiene contacto directo con la gente pobre, y que anuncia que cada vez hay más gente a la que tiene que asistir.
Con respecto a lo de la renta extraordinaria, olvidan de mencionar el aumento en los costos de los insumos, que también están en dólares.
Cuando escuché esto del destino hermoso de las retenciones móviles, se me vinieron a la mente pensamientos que son plasmados por algunas frases de la oposición: «¿qué iba a hacer el gobierno con ese dinero hace 90 días, cuando anunció las retenciones móviles?»; «Es increíble que demoraran noventa días para decir que iban a hacer con las retenciones al campo…»; «Le picó el bicho de la distribución en el medio del conflicto.».
Seboo
Sabés que es lo que verdaderamente me preocupa a mi de todo esto: que haya una buena cantidad de argentinos que digan estar en contra de la soberbia actitud de nuestro gobierno y tengan las mismas actitudes (ojo, digo actitudes, no actos) que nuestra presidenta. Sobierbia con soberbia no muere.
Podemos TENER un pasar bueno o malo, pero eso no hace a lo que somos (SER).